Zadar

La cena en Trogir me sentó fatal, y me pasé casi toda la noche en el váter y vomitando casi simultáneamente. Por la mañana no tenía fuerzas y no sabía si podría andar en moto sin tener que ir al baño cada media hora. Así que esperamos hasta media mañana a ver cómo me recomponía, y al final arrancamos. Si llegábamos a Zadar bien, y si no nos quedaríamos antes. Sólo eran 136km, unas 2 horas.



Antes de coger ruta dimos una vuelta a la isla de Trogir para ver qué nos perdíamos. Playa, gente y tráfico.

Por la Magistrala hacia el norte pasamos delante de pueblos guapos como Primosten, donde nos dimos la primahostia. Íbamos en semicaravana circulando detrás de varias motos y coches, cuando vi un mirador y frené fuerte para no pasármelo, a la vez que me eché hacia él para que no me llevase puesto la autocaravana que venía detrás. Pisé la gravilla, bloqueé, y al suelo, a 10 por hora o así.

No grabé el guantazo por sólo 30 segundos de batería. Se acabó justo en el repecho de la derecha.

Pensé que me había cargado un espejo y el depósito, como cada vez que se cae esta moto. Pero no, la defensa de segunda zarpa que puse pocos años atrás y la maleta pararon el golpe. Menos mal. Ya podían ser guapas las vistas.



Atravesamos la ciudad y el tráfico de Sibenik, donde no nos atrajo nada en concreto. Y tampoco tenía interés ninguno la carretera desde Sibenik hasta Zadar. Paramos un momento en el puente del fiordo de Sibenik a ver barcos pasar y descansar un ratillo, que yo seguía fastidiado.


En la zona de Pakostane la playa era así.


Zadar desde el principio nos sorprendió gratamente. No había leído cosas interesantes sobre la ciudad salvo el famoso órgano marino, pero ver la muralla cercando el casco viejo me dio un subidón. Sí que merece la pena Zadar.


El famoso órgano marino (los agujeros del suelo). Esas pequeñas olas ya hacían ruido. Pero el calor a las 3 de la tarde era insoportable, no sé cómo aguantaba esa gente ahí, no duramos ni 10 minutos.



En el otro extremo está la mayoría de restos romanos.


Esta puerta es una pasada, con el embarcadero de arriba pegadito.

Las camisetas de los héroes del mundial estaban en todas las tiendas... y en esta calle.


Restos romanos por todas partes. Y la ciudad tiene las calles rectangulares siguiendo el patrón romano. Está completamente peatonalizado y da gusto lo limpio que está todo.


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