Sin más historia que pasar el Forcayao, llegamos a Navelgas por esa estupenda carretera que hay. Allí me puse a buscar la mina de "La Luarquesa", una explotación aurífera cerrada que se han puesto a arreglar. La idea era encontrar el Tesoro de Moteros Astures. Se trata de una especie de gynkana, en el que alguien esconde una baliza en algún lugar de Asturias y luego da pistas de su ubicación en el foro. El que sepa donde está va a buscar la baliza para encontrar el Tesoro. Luego le toca esconderlo a él. A mi las pistas me llevaron a probar suerte en ese lugar.
El caso es que después de hacernos el tramo entre Navelgas y Naraval no encontré ni el Tesoro ni La Luarquesa, con el recochineo de alguno de Pucela que estaba convencido de que allí no era y que él sí sabía dónde estaba. Como se acercaba la hora de comer seguimos ruta para llegar adonde nos habíamos propuesto: Villayón.
Junto al puente de Navelgas sale la carretera que nos lleva hacia allí. Primero por un valle precioso:
Luego se sube un puerto, bastante pronunciado y sin cartel debido al vandalismo. En sustitución un poste aparecía pintado con su supuesto nombre, junto al "marcianito nº1".
Desde aquí se bajaba y se volvía a subir hasta aquel pueblo que se ve al fondo, en la última foto. Es Parlero, y por eso viene la duda de si aquel es el Alto de Parlero, o es este donde están sacadas las fotos.
Pasando Parlero la carretera pasa de dos carriles marcados a uno, aunque el ancho es parecido. Carreteras perdidas,
hoces desconocidas,
pueblos a los que no se sabe cómo se llega ni qué hacen ahí...
cascadas junto a la carretera...
FELICIDAD ABSOLUTA
Seguimos tranquilamente y por fin llegamos a Villayón. Mientras bajamos hacia el pueblo rápidamente busco la casona azul donde nos darán de comer. Parece que el concepto hotel-rural automáticamente implica descanso:
Trato excelente y comida en abundancia: fabada, un chosco de muerte, jabalí, ternera, patatas, postre, pan, casera, agua y vino por 12 euros. A reventar.
Tras una larga sobremesa, aunque la ruta preveía ir por Bustantigo a Pola de Allande, decidimos ir a buscar de nuevo el Tesoro, al lugar que decía Franziskaner. Sólo estábamos a 60km del sitio. Rápidamente encontré la ruta más adecuada... primero 30 km hasta Boal, con unas vistas espectaculares cuyo broche de oro fueron las del pantano de Arbón.
Luego la subida del Alto de Penouta, un puerto asturiano más para la saca. Hubo que hacer un poco de trail debido a las obras de mejora, pero se puede pasar bien (al menos hasta Rozadas)
Y luego desde Rozadas hacia La Caridad, para desviarnos a buscar el Tesoro en Las Cuevas de Andía.
Se trata de una explotación aurífera romana, pequeñita, pero muy guapa. Un problemón con las fotos, porque tuve que tirar muchas en modo manual por falta de luz y no controlo. El sitio está muy chulo, pero a 3 euros la entrada me parece excesivo. De todas formas nosotros nos colamos cuando no miraba nadie. (tú-turú-turú...)
Elvira y yo decidimos explorar un poco más.
Y nos metimos por este recoveco
Salimos unos cuantos metros más arriba que la entrada.
Se hacía tarde así que por la autovía fuimos hacia casa. Nos desviamos a La Miranda para en Posada contarnos lo acontecido en el día, y pensar opciones sobre dónde esconder de nuevo la baliza. Como Franziskaner no puede ir a esconder de nuevo el Tesoro, le hizo entrega a Gianola de la baliza en un acto conmemorativo.
Y sin más nos despedimos, con sólo 325 km. en el culo, pese a que fueron 10 horas de jornada. Ahora habrá que pensar cuándo ir a Bustantigo, y espero que no sea en un año.
NdA: Al final el nombre del puerto perdido es "Brañúas".