Dia 1. Un tostón de barco

Salimos de esta guisa camino de Santander. Parece que esta configuración no gustó a la moto, porque a los 160km me saltó la reserva. Un consumo exageradísimo. Llenamos antes de Santander y nos unimos a la caravana para entrar al ferry.

Había motos por un lado, caravanas por otro, coches con mascotas por otro. Las motos entramos tras los camiones a rellenar huecos.

Dejamos los trastos en nuestros butacones y recorrimos el Pont Avon. Varios bares y restaurantes, tienda, cines en inglés y nada más para entretenerse. Las sillas de la cubierta estaban muy cotizadas, por ingleses con ganas de aprovechar los últimos rayos de sol españoles. A lo largo del día leímos mucho, bebimos algo, y dimos muchas vueltas al barco. Por la noche llovió pero no hubo mala mar, así que no necesitamos las pastillas antimareo.