Día 17. Vive Le France! - 31 julio 2008

Como no habíamos podido entrar a ver la catedral de Canterbury, lo hicimos esa mañana. Claro que primero desayunamos nuestro último desayuno inglés. Tuvimos que pagar 7£ (8.86€) cada uno por entrar, porque nuestro pase del Heritage no servía.

Después de ver bastantes catedrales en España, esta de Canterbury las sobrepasa a todas en cuanto a interiores. Cada una de las tumbas tiene su propia escultura, la decoración es muy rica allá donde mires. No tiene que nada que ver con la sobriedad de las catedrales españolas.

Mi teoría es que como no tenían que pagar su parte a Roma, esa riqueza se la podían gastar en sus tumbas.

Un hecho muy conocido ocurrido en esta catedral fue el asesinato de Tomás Becket, posteriormente canonizado. Este arzobispo se enfrentó a Enrique II por la independencia de la Iglesia del Estado. Este trasfondo se utilizó en la conocida novela "Los Pilares de la Tierra".

Allí donde lo asesinaron levantaron un altar (y comenzaron las peregrinaciones). Este altar fue demolido por Enrique VIII -que finalmente consiguió unir Iglesia y Estado bajo su mando-, y allí donde estuvo el altar ahora sólo hay una vela.

http://es.wikipedia.org/wiki/Tom%C3%A1s_Becket

Bajamos a la cripta, que sirve de sala de reuniones. El día anterior hubo una convención de "curas herejes".

El estilo gótico no discierne entre cristianos, y la luz y la altura sigue siendo lo importante.

Volvimos a la habitación a vestirnos de moto, y salimos hacia Dover. Allí pudimos ver el castillo desde la carretera, y nos apetecía mucho ver las galerías de la 2a.Guerra Mundial, pero una vez más el tiempo apremiaba.

Compramos los billetes en el momento y nos pusieron a tomar el sol mientras hacíamos cola para el ferry. Y el calor apretaba, no en vano era casi la una de la tarde.

Este ferry no era como el de Santander, sino mucho más cutre, más viejo, más oxidado, con menos servicios... pero aprovechamos su "banco" para cambiar las últimas libras. Comimos los sandwiches que habíamos comprado y en una hora estábamos en Calais.

Salimos todos del ferry como alma que lleva el diablo. Como te pararas te pasaban por encima. La gente anda estresadísima aún cuando están de vacaciones.

Decidimos no utilizar la autopista de peaje para ahorrarnos un dinero. Mala elección, porque con la cantidad de pueblos que hay el ritmo no era el adecuado para hacer muchos km.

El calor en Francia estaba siendo infernal. Con la cordura abierta si bajabas de 120km/h notabas chorretones de sudor bajando por tu cuerpo. Si bajabas la visera no podías respirar, y si la abrías te entraba mucho polvo.

A medida que nos acercábamos a Rouen el cielo se iba poniendo cada vez más negro, hasta que cayó la que tenía que caer. Así entre la lluvia anduvimos perdidos por Rouen siguiendo a un tontón que no se enteraba de la fiesta, hasta que al al final tuve que hacer caso del instinto para llegar al Etap, ya completamente empapado por mis pantalones de cordura.

Fue fácil conseguir habitación gracias al inglés de la recepcionista, y siguiendo sus indicaciones pudimos acercarnos en metro-tranvía al centro.

Rouen tiene una catedral y montón de iglesias que se parecen (y me olvidé la cámara en el hotel!). Tiene muchas zonas peatonales, y descubrimos que había conciertos en varias plazuelas, cada una con un tipo de música y público.

Cenamos en un kebab donde un chaval -probablemente marroquí- chapurreaba lo justo de español para entendernos (no pizzas, pizzero malo, kebab).

Jornada: 250km.

Comentarios

  1. Por Francia estuve en el 2003. Me acuerdo de Rouen. La catedral estaba en obras. Me ha hecho gracia ver la foto de la calle con el reloj.

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