Día 19. El día más largo - 2 agosto 2008

Nos quedaban 900km hasta casa, y el plan era dormir en España, en el País Vasco. Colocamos todo bajo la pertinaz lluvia y nos encaramamos a la moto con ganas de acabar nuestro periplo por el extranjero. La única visita prevista para ese día era a Le Rochelle, y hacia allí nos dirigimos.

Tardamos más de 2 horas en hacer los 100km que separan La Roche de La Rochelle. Había unas caravanas impresionantes, que ni adelantando en continua cual gabacho pudimos acortar el tiempo.

Entramos en La Rochelle y nos dirigimos al centro, donde está la plaza mayor. Pero en esa ciudad da la casualidad de que en el centro no está lo guapo, así que después de dar una pequeña vuelta y darnos cuenta de ello buscamos el puerto, que queda a 2km.

Allí al lado está la oficina de turismo, y me informaron de que el muelle de submarinos alemanes lo habían cerrado hacía 15 años y que no se podía entrar. Cagonlaleche.

Dimos un paseo por el puerto y nos sentamos en una terraza a cubierto de la lluvia a comer pasta y moules (mejillones).

Mientras comíamos nos dimos cuenta de una paradoja: teníamos la sensación de estar al lado de casa, á sólo 800km, y sin embargo es la misma distancia que separa Oviedo de Valencia. Si cualquiera nos propusiese ir a Valencia a pasar sólamente un fin de semana le diríamos que ni de coña, y sin embargo allí no sentíamos esa lejanía.

Con estas estábamos cuando calculé que nos daría la hora de la cena en Cantabria, y me encabezoné que para dormir en Cantabria ya tiraba hasta casa.

Así que después de un café que me quitó la modorra siestera nos pusimos en camino, todo por autopista.

Llegamos bajo un temporal de agua y viento hasta Burdeos, donde el tráfico se intensificó notablemente. Ya contábamos con que hubiese bastante tráfico debido a la operación salida, pero eso de que ambos carriles, si no tres, estuviesen parados no me entraba en la cabeza (es que Madrid lo pisamos cuando no hay madrileños). La circulación era intermitente, tan pronto se paraban como circulaban 2 kilómetros a 160 por hora.

Así a trancas y barrancas recorrimos 60km, en casi dos horas. En ese tramo confirmamos que los moteros franceses están locos: si hay un tío a 140 adelantando a un camión, el motero gabacho no duda un momento en adelantar a ambos por el medio. Y no lo vimos hacer sólo una vez. Como nosotros no lo hacíamos notábamos como los moteros que nos alcanzaban esperaban un ratín, y cuando veían que no nos lanzábamos nos adelantaban como con mala leche. "Estos españoles no saben andar en moto", debían pensar.

No sabemos si debido a lo anterior, la mayoría de coches franceses en cuanto ven a una moto se apartan aunque tengan que tirarse a la cuneta. Pero gracias a esto, en las caravanas de autopista se abre casi un tercer carril por el cual circulan las motos a gran velocidad. Alguna vez intenté seguir a alguna moto por ese tercer carril, pero al carecer de gónadas suficientes siempre los perdí de vista, daba igual que lloviese a cántaros que no.

El tráfico se diluyó antes de llegar a la frontera, igual que la lluvia, y al cruzarla nos llevamos la primera alegría: a pagar lo mismo que los coches en la autopista. Antes en Francia en un peaje que a los coches les cobraban 28€, a nosotros nos cobraron 7€. No copiarán esto en España, no.

Disfruté de lo lindo por la autopista de Irún a Bilbao, toda llena de curvas, no como las francesas. Y tras un par de pérdidas tontas (con incursión a Barakaldo) por hacer caso o no entender lo que me decía el GPS, llegamos a Torrelavega, lugar ya conocido.

Eran las 10 de la noche y aunque cada 100km parábamos a estirar las piernas y despertar el culo, tocaba hacer un descanso largo. Comimos un bocata en la zona de movida que nos sentó a gloria, ya que era nuestro primer bocadillo de comida española en 19 días, y se echaba de menos (no por haber comido mal, sino por la costumbre).

Después del descanso pegamos un último tirón de 200km, y a eso de las 2 de la mañana llegamos a casa reventadísimos. Pues sí que estaba lejos La Rochelle, sí.

Jornada: 900km

Y al final salieron 7002km de viaje.

Comentarios

  1. Es precioso el puerto viejo de La Rochelle... y el ambiente de la zona, con los puestos de mejillones y ostras, los artistas callejeros...

    Respecto al viaje de regreso, yo hice de un tirón un Poitiers-Barcelona en una Mercedes Vito de alquiler (íbamos 6), teniendo en cuenta que salimos a las 8 de la tarde de Futuroscope... ¡Un palizón!

    Bueno, me ha gustado mucho la crónica de vuestro viaje.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Santi/SICYD, me alegro que te haya gustado.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Escribe tu comentario