Por la Sierra Madrileña II - 5 al 8 de septiembre 2008

DOMINGO

El domingo lo teníamos reservado para hacer alguna ruta andando. No sabíamos muy bien dónde, y por la noche decidimos con JMBiker ir al P.N. de las Hoces del Río Duratón a ver buitres. Para ello hay que llegar a Sepúlveda.

Atravesando Sepúlveda nos encontramos una concentración de Citroêns clásicos.

Elegimos ir primero a ver la Ermita de San Frutos (patrón de Segovia).
(cojo unas fotos prestadas de JMBiker)

Desde allí se veían buitres a tutiplén.

En una capilla muy cutre están enterrados los tres santos del lugar, tres hermanos: San Frutos, Sta. Engracia y San Valentín, que habitaron en el s.VIII un eremitorio en el lugar. Algunos de sus milagros, ya desde la ultratumba, se pueden resumir en que había algunos hombres que tiraban a sus mujeres por el barranco (violencia de género de la época), y si ellas salían vivas es que uno de los santos había hecho un milagro (po fale, si la Iglesia lo dice).http://www.fuesp.com/revistas/pag/cai0723.html

Satisfechos de ver buitres volvimos a Sepúlveda, donde hicimos otra pequeña ruta por el comienzo de las Hoces, antes de visitar el pueblo.

Digna de visitar con tiempo es la iglesia románica de El Salvador, con guía y gratis.

Era hora de regresar a Madrid, al otro lado de esas montañas.

Para cenar fuimos en la Scoopy a por unas pizzas. Casi tiro a JMBiker cuando me bajé. JAJAJAJA Ya se me había olvidado cómo era!

LUNES

Como teníamos puente, fue el lunes cuando volvimos a casa. Primero pasamos por Manzanares el Real, pero al ser lunes los sitios de visitar parece que cierran todos, así que nos quedamos sin entrar en el castillo.

Después volvimos a subir Navacerrada para bajar luego a La Granja de San Ildefonso, que está al final del puerto, allí abajo. Este lado del puerto me gustó más.

Nos pasó lo mismo que con el castillo, estaba cerrado, y aunque los jardines se pueden visitar igualmente ya los conocíamos (la otra vez llegamos cuando estaban cerrando la visita del interior). Tampoco paramos en Segovia por ya haber estado en semana santa de hace tres años, aunque ganas no nos faltaron. Por una autovía recta recién abierta (todavía estaban poniendo señales), a una velocidad de crucero de asesino criminal, y bajo un calor insoportable llegamos a Cuéllar.

En esta iglesia habían montado una cafetería. Una pena que estuviese cerrada por vacaciones, porque no la pudimos ver por dentro. Pero hubiese quedado más gótico que hubiesen montado una discoteca.

Después de comer el menú en un bar de Cuéllar seguimos atravesando la meseta bajo el intenso calor. Paramos a refrescarnos en un bar a la sombra de un soportal en Medina de Rioseco, antes de investigar un poco el pueblo.

Y ya con esto llegamos a casa por Pajares, sin poder beber nada en el bar porque estaba cerrado.

Unos cuantos km. más para nuestros doloridos culos (mira que nos damos tutes y aún así no acabamos de hacer callo)

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