Primero paramos en el Monasterio de Veruela.
Luego quise subir al santuario del Moncayo, y por una carretera solitaria de monte, por pleno parque, fuimos acercándonos. De repente, en medio de una paella de considerable pendiente, el asfalto se convirtió en pista del mismo ancho. Menudo susto.
Como debía quedar poco, seguimos subiendo por la pista, esquivando piedras y charcos, girando paellas una tras otra. Tenía que quedar poco... "sólo" fueron 5km.
Al final había un gran aparcamiento, y la pista seguía en peores condiciones, así que decidí que si quedaba poco lo haríamos a pata, y si no se quedaría sin ver.
Un grupo que bajaba nos dijo que el santuario estaba justo detrás de la curva, menos mal.
"Vaya santuario más feo, si lo sé no subo".
Así que tal por donde vinimos, esquivando charcos y piedras bajamos hasta la carretera.
Tarazona tiene un casco histórico muy guapo, casas colgantes, un ayuntamiento alucinante, castillo, y una de las catedrales más importantes del mudéjar.
Después de comer nos apresuramos para llegar a Numancia antes de que cerrasen. Ya casi llegando hay un atasco por obras, y a los 30seg. de parar se me para un GC al lado. (ostras, si llegó ahora este estaba viendo cómo venía...)
-"Vaya calor eh!"
-"Sí sí..."
-"¿De dónde venís?"
-"De Valencia, y vamos aquí a Numancia"
-"Ah"
-"Taluego"
-"Taluego"
BUF, qué tuto.
Después de hacer "el numancio", desde Garray recorrimos una rápida secundaria hasta Vinuesa, echando ojitos al embalse para bañarnos. Desde allí bajamos a Abéjar a echar gasolina, me quedó litro y pico, y llegamos a San Leonardo de Yagüe, donde teniamos el alojamiento.
San Leonardo poco tiene que ver, lo más la iglesia rodeada por la nacional, y un castillo-fortín tardío del que poco queda.
Sin embargo sus precios parecen de Oviedo. Ofertón de internet, un Hotel bastante nuevo, 3* pero sin ningún servicio, ni a.a. siquiera, en día laborable, 60 lereles. Quinto de mahou, 1,2€, cenar en un chigre chigre de pueblo pueblo, 32€. ¡Aquí no llegó la crisis, no!
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Al día siguiente, nos adentramos por un desfiladero hasta dar con Santo Domingo de Silos.
Antes de entrar en el pueblo nos acercamos a otro desfiladero, el de la Yecla. Este tiene fama porque se puede caminar por él, y con los brazos tocas los dos lados. Pero no bajamos de la carretera al río para ello.
Sólo dejan visitar el claustro del monasterio de Silos, con guía.
Era hora de volver a casa ya. La carretera de Santo Domingo hasta la N-234 por Covarrubias es de varios ARFS. Lo ideal para desahogarse antes de emprender el regreso por las interminables rectas mesetarias.
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