Andorra 2012. 11 agosto, día 4.

Hoy iba a ser la etapa grande de nuestro Tour. Íbamos a pasar por unos cuantos puertos clásicos de la ronda gala.

Salimos del hotel (el de la foto no, sino desde donde está tomada XD) y nada más empezar el Port d'Envalira (2409m) a con poco tráfico. Inexplicablemente, y siendo sábado, todo el mundo se marchaba de Pas de la Casa a la misma hora que nosotros, así que bajamos hacia Ax-les-Thermes en caravana fluida, y con algún hueco para ir un poco más ligero.

Ya comenté alguna vez que no me gusta cómo conducen los moteros franceses: adelantando en continua, sin visibilidad y bien juntitos de dos o tres motos a la vez... de ahí que comprenda al conductor de cohce francés cuando se aparta al ver motos... no es por educación, no, ¡es por miedo!



La caravana para cruzar Ax-les-Thermes fue gloriosa: con tanta caravana y autocaravana, se atascaban en la calle principal del pueblo y no había manera de adelantar terreno ni con la moto. Tampoco le puse mucho empeño porque poco más tarde tocaría esperar a los que venían enlatados.

Al final debimos echar cerca de una hora para cruzar, y ya nos dieron las doce y pico. Como los gabachos son como son, mandé parar a comer el bocata para no quedarnos sin él por parar más tarde. Y ahí se me cayó un mito: parar a comer donde haya moteros.

Había una terraza grande junto a la carretera llenita de moteros gabachos. Paramos, pedimos casi todos "baguette de poulet avec fromage", y mientras esperábamos un bocata de pollo con queso (el nº22 de toda la vida del Antiguo), aparecieron con un bocadillo de fiambre de pavo con queso. Vive la gastronomie française. La cara de tontos que nos quedó. Luego resultó que el local de al lado tenía mejor pinta para comer.

Salimos escopetados porque ya íbamos mal de tiempo para hacer todo lo que teníamos que hacer antes de llegar a Sabiñanigo, donde habíamos reservado el día antes. Empezamos por el Col de Port (1250m), nombre redundante donde los haya para un puertín de nada. Es la carretera que une Saurat con Massat. Una carretera vieja y lenta, con muchísima vegetación de prados y bosques y mucha sombra, que se agradece cuando aprieta tanto el calor. A día de hoy no la repetiría porque lleva mucho tiempo y tampoco es muy pintoresca, y hay otras dos alternativas desconocidas a su vera.




A medida que íbamos bajando la vegetación iba dando más paso a prados y la carretera se hacía poco a poco más rápida, hasta que nos unimos a la carretera de St.Girons que era mucho mejor. Curveando con el río a nuestra derecha íbamos pensando que en cualquier momento llegaríamos a Belmonte, tras haber bajado de Somiedo.

Desde allí buscamos el Col de Portet-d'Aspet (1409m) (otro con nombre redundante). Y cuando digo buscamos estoy siendo veraz. Tras pasar por Massat, aquella otra carretera nos parecía una autopista e íbamos lanzados... y con esas me pasé el cruce para el puerto.

La carretera fue estrechándose a medida que pasábamos pueblos... cosa que me pareció lógica pues íbamos a buscar un puerto ciclista. Pero llegó un momento que no, que aquello no podía ser... Además los lugareños nos miraban con incredulidad.



Al final llegamos a un poblado de cabañas, con la carretera cortada. Según los mapas de OpenStreetMap de mi móvil se podía pasar en coche hasta la misma frontera de Vielha. Pero iba a ser que no, aquello era para ir andando, como así indicaban la señales.



Se nos estaba haciendo tarde y encima perdíamos tiempo. La carretera estaba un poco chunga de gravilla, y empezábamos a estar cansados porque llevábamos unas cuantas horas. Así que mandé a la artillera al coche, cosa que agradeció, y a partir de ahí navegué en solitario hasta la meta (y lo que disfruté todos esos puertos)


Volvimos sobre nuestros pasos, unos 15km, y cuando vi un cruce y que unos moteros en dirección contraria lo tomaban, me aseguré que era el correcto. Subí el Aspet como alma que lleva el diablo. Muy entretenido, aunque con algo de tráfico, pero era la tónica general.



Desde allí bajamos algo más tranquilos, pero nuevamente nos desviamos de la ruta. Pretendíamos ir a Bagnères de Luchon, y en un cruce, al ver que la carretera de la izquierda era peor que la de la derecha, seguí por la derecha cuando tenía que haber cogido la otra, el Col de Menté. Por tiempo google que dice que da lo mismo, y la carretera estuvo bien, pasando por el Col des Ares (797m), pero ahora me queda ese para la próxima.

Tras echar una carísima gasolina en Bagnères, enfilamos el clásico Pereysourde (1569m). El día había cambiado, y comenzaba a haber mucha bruma en los puertos. Este puerto ya tenía bastante tráfico, aunque se resolvía bien porque la carretera es amplia (en comparación con lo anterior). Yo empezaba a estar molido, y tras varias tentativas previas, finalmente paramos en un chigre en la cumbre.



Entre la cocacola y la crêpe recuperé fuerzas (nunca probé un redbull)


Bajamos deprisa, que cada vez era más tarde. Parecía que no avanzábamos nada; nos quedaba la mitad y eran las 6 y media.

Hice el Col d'Aspin (1489m) a toda leche, gracias a que iba en moto y dentro de lo que me permitió la niebla. Arriba me tocó esperar por el coche, porque es un puerto muy estrecho, se cruzaron dos autocaravanas (que está lleno) y allí se quedaron maniobrando para atrás y para adelante sin dejar pasar a nadie. Las vistas, nulas, aunque prometía.


Bajamos de nuevo, y al poco ya comenzaba la carretera del mítico Tourmalet (2115m), cuyo nombre viene de que allí se quedan "los maletas del Tour". Subimos por el lado por el que suelen bajarlo los ciclistas, y no me extraña que lo bajen a tumba abierta como lo bajan, porque por ese lado es prácticamente recto.




Como veis, la niebla no dejaba ver nada, ni siquiera al coche de delante. Pero al llegar arriba...





Con el solín no parecía que fuese tan tarde, pero era tardíiiisimo. La zona del Tourmalet, y toda esa vertiente de los Pirineos hacia Lourdes tiene mucho hotel y zona de acampada, y lo fui fichando porque tengo pensado volver a caminar algo. Pero no daba tiempo a pensar mucho, que se nos hacía de noche.

El Soulour (1474m) ya lo pasamos con la última luz, a eso de las 9, y aquí se ve muy bien gracias a ampliar la exposición. La verdad es que me acuerdo poco de él, porque había niebla y ya estaba reventado como para andar fijándome mucho... sólo quería pasar km.


Y sin apenas bajar ni subir nada coronamos el también mítico Aubisque (1709m).




En esas estábamos con las fotos y riéndonos con las pocas fuerzas que yo tenía, cuando al otro lado de la carretera, a unos 15m, se encendieron los faros de una autocaravana.

- ¡Coño! ¡Mira dónde había una caravana y no la habíamos visto!...

Durante unos segundos clareó la niebla y vimos otras 4 con sus pilotos rojos encendidos. =:-O

- Venga, vámonos que esta gente querrá echarse. XD

La bajada del Aubisque fue penosa: la niebla se mezclaba con lluvia, estaba llena de mierda de vaca y no se veía un carajo ni con el coche delante. Como me separara más de 5m no veía más que sus pilotos. ¡Y menos mal!, porque viendo lo que se ve por google mejor no haberlo sabido... menuda caída (¡habrá que volver!)

Al final no sabía si levantar la visera o bajarla: si la levantaba me mojaba y entraba agua al pinlock, así que hacía burbujas, y si no la levantaba se empañaba por fuera con microgotitas y no daba ni tiempo a limpiarla que volvía a estar mojada.

Cuando lleguamos a Eaux Bonnes y la niebla se fue, quedando sólo la lluvia, respiré tranquilo. Incluso pudimos aumentar el ritmo notablemente.

Pero todavía nos quedaba un puerto, el Portalet (1794m). Viniendo de lo anterior, lo subimos a toda leche. Aquí yo ya venía cantando idas de olla con alguna canción, porque estaba totalmente reventado y se me iba la pinza. Paramos un momentín a hacer la foto de rigor, y corriendo para España que llegamos tarde. Eran las 22.30.



A partir de la frontera la carretera era Jauja: anchísima para llegar a las pistas de esquí, asfalto perfecto, curvas amplias... así que bajamos como salvajes (si alguna vez habíamos dejado de serlo). Me dice el colegaquenosabequeesmoteroperoloesaunquelejodaadmitirlo,

- Vaya cómo bajabas
- Es que esta me la conozco, es la de Arriondas.

Propuse parar en el primer sitio que se pudiera para cenar, viendo la costumbre de cerrar la cocina que tienen fuera de Asturias. Me comí un bocadillo como dios manda, con su filete de verdad, no de fiambre, y sus pimientillos. ¡Viva España, coño!


Finalmente, cerca de las 12, llegamos al hotel Sabiñanigo, que era un 3* de verdad, no como el de Andorra, y en cuyas camas modernas caímos redondos (yo por lo menos).

Habíamos hecho 500km y 10 puertos del Tour en 12h (por el atasco, los desvíos y las paradas)


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