Por el Pais Cataro II

DIA 2. TOULOUSE - CARCASSONNE (210km)

Nos levantamos temprano porque la jornada pintaba larga. Nos pusimos a buscar dónde desayunar, porque a 6 pavos el desayuno en el hotel como que no. Lunes... 9 de la mañana... todo cerrado, bares, cafeterías, tiendas... Al final en una especie de starbucks chungo donde entraba gente con resaca conseguimos tomarnos un café y un muffin. Venga va, que hay prisa.




Toulouse - Albi 75km

Salimos de Toulouse hacia Albi, por la carretera, evitando el peaje de salida de la ciudad. Mucho pueblo a 50 al principio pero luego bien, sobraba tiempo. Entramos en Rabastens porque la guía de viajes ponía que había un río pintoresco... Vaya bluf. Hala, vamos para Albi rapidito que allí sí hay cosas que ver, ya por autopista que es gratis y esto es todo recto.

Yo quería entrar al casco viejo por el puente, que está en el lado norte, y para llegar a él me perdí bastante. Llegamos al cementerio y todo, donde en sus aledaños hay un área recreativa llena de caravanas (vaya humor dormir allí). Al final conseguí cruzar el puente y mereció mucho la pena todas las vueltas que di.

Aparcamos en la misma plaza de la catedral, a la sombra junto a otras motos. Desde allí paseamos por las callejuelas, visitando patios e iglesias, para al final rodear la catedral y entrar un rato en ella.


Me llamó la atención que las paredes estuvieran completamente pintadas, por falta de costumbre. Aquí la moda es la piedra vista. Por lo menos ahora, que antiguamente estaban todas las iglesias enyesadas por dentro y por fuera y con pinturas murales. Hace poco, aquí en Asturias, restauraron la iglesia románica de Abamia estucando las paredes, y se montó un cisco tremendo para que la dejasen vista. Por eso ahora existe el mal de piedra, además de la contaminación, y antes aguantaban tropocientos años en caerse.






Albi - Castres 40km

Serían las 12 del mediodía y el calor apretaba bastante ya. Nos dimos cuenta de que debía ser fiesta, porque para ser lunes hasta el Lidl estaba cerrado. Arrancamos camino de Castres por una buena carretera plagada de radares. Encima los cabritos ponían uno, y a los 200m ponían un segundo, para que no valiera lo de frenar en el radar y acelerar al pasarlo. Claro, yo no me lo esperaba... y me cazaron a 110 en carretera de 90, lo cual me enteré mes y pico más tarde. 47 eurillos por pronto pago (sí, la pagué, soy así de pringao).

En Castres sólo vimos el río y ya, no hay mucho más. Hacía un calor de achicharrar, unos 38ºC. Había gente en las terrazas, pero preferimos entrar al fresco en un bar allí mismo en la plaza (en el toldo de la izquierda del todo) a comernos una ensalada cada uno, para ir aligerados y frescos para lo que quedaba de tarde. Comimos bien, costaban unos 12€ cada una pero eran abundantes y tenían variedad. Fue lo que nos apeteció con aquel calor.

Había una botella de agua mineral en la mesa y no pedimos bebida... cosa que no les hizo mucha gracia porque se trataba de agua del grifo como descubrimos luego. Para compensar pedimos unos cafés, que esas costumbres no las conocíamos.



Castres - Saissac 40km

El siguiente destino era el castillo de Saissac. Hay que atravesar unos montes por carreteritas viejas y estrechas, y de las 2-3 posibles elegí la opción que me pareció más rápida, hasta Dourgne por una carretera más recta, para luego llegar a Arfons y Saissac. Después de día y medio de rectas meterme por allí con curvas y casi sin tráfico me pareció el paraíso. Son el prototipo de carreteras que a mi más me molan. Además había sombra y fresquito, no se podía pedir más.





Saissac - Lastours,   25km

De Saissac por carreteritas super comarcales hasta Lastours. No hay más opciones. De todas maneras se va a 80 por ellas con buena visibilidad y asfalto.

Llegamos sobre las 5 con la subida a los castillos ya cerrando y la gente recogiendo. No nos apetecía nada subir allí con el calor que arrastrábamos y ya cansados de tanta cazadora y casco. Unas fotos y pa casa.







Lastour - Carcassonne 20km

Tras un pequeño trayecto donde el tráfico iba creciendo, encontramos perfectamente el hotel gracias al maps. En primera instancia nos quedamos un poco ¿ein? porque parecía un motel chungo americano. Y sí, por la noche parecía un puti, pero por dentro estaba perfecto y la atención fue muy buena. Nos salió a 47€/noche de lunes a viernes, con parking cerrado por las noches y todo, y como base de operaciones estuvo genial.

Después de un descanso nos fuimos hasta Carcassone, a 4km, ya vestidos normales, para dar una vuelta y cenar. Estuvimos visitando la Bastide de Saint Louis. Es un barrio amurallado con calles perfectamente cuadriculadas.

En el s.XIII el rey Saint Louis mandó a los carcasonenses instalarse allí porque eran más fáciles de controlar en esa orilla del río y sin las fortificaciones de la Cité. Con el paso de los siglos y siguientes guerras, la ciudad se fortificó en condiciones para los nuevos tiempos, para resistir cañonazos, con sus baluartes en las esquinas y esas fortificaciones típicas que ya vimos en más sitios, como en Jaca.

Más tarde en el s.XVIII se cuadricularon las calles siguiendo la moda, se hizo el puerto del Canal du Midi, y se puso la estación de tren (junto al puerto, todo pensado). 

Fue la verdadera ciudad de Carcassonne hasta que en el s.XX se puso de moda el turismo, y la Cité. De hecho la Cité estaba despoblada y robaban la piedra de allí para las construcciones. Esto era Carcassonne en 1926.











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