Les Praeres de Nava - final Vuelta a España '18

La Vuelta a España 2018 va a finalizar una etapa en un nuevo alto, Les Praeres, que está aquí en Nava, a 35km de Oviedo. En cuanto me enteré lo fiché para subirlo, y hoy fue el día.

A estas alturas del año, faltando un mes para que llegue la Vuelta, esperaba que estuviera en condiciones. Pero no, esto es España y las cosas se dejan para el último día.


Estaba en obras, con las gravas de relleno en los laterales, sus palas aparcadas en los arcenes (por ser domingo), y la antigua carretera-pista de hormigón sucísima de grava y barro.



Arriba hay una campera enorme, de ahí el nombre del lugar, Les Praeres, las praderas. Un coqueto bar-restaurante-merendero aprovisiona a los numerosos domingueros que nos encontramos allí. Unos con todoterreno, otros con quad, y montón de ellos a caballo. El bar tiene por mascota una cierva un tanto cotilla, que enseguida se acerca a los que pasan camino del bar a ver qué pintas traen. Pero no se deja tocar.




Tras una cocacola a la sombra y un descanso en el lugar (estaba cansadísimo, ¡35km desde casa!) busqué algo más que hacer esa tarde (eran las 7 de la tarde y verano, que anochece a las 10).

Desde allí salen 2 pistas, una hacia abajo que tenía mala pinta para mi moto, y otra hacia arriba que parecía en un estado fantástico. Pero no me atreví. Tengo una moto de carretera y las suspensiones llevan bastante mal los baches pronunciados, y los neumáticos tampoco son para ello. Tal como pintaba podría haber pasado bien, además era poco trozo, 3km, pero a lo lejos vi unas subidas muy muy pronunciadas y como llegase allí a patinar me hubiera jugado la caída. Y las caídas en parado en esta moto salen caras (se rompe el espejo y se abolla el depósito).
 
Así que bajé a Nava y desde allí llegué a las cercanías de Santolaya de Cabranes por la AS-335. Está muy bien esa carretera, salvo un bache del tamaño de un mastín que menos mal que iba bastante por el centro y mirando al frente, que si llego a ir mirando el paisaje como otras veces entierro la moto allí.
Una vez incorporado a la Infiesto-Villaviciosa, AS-255 y tras unas curvas de buena plegada recordando la pila de moteros que se han matado en esa carretera desde que la hicieron, me metí monte arriba hasta el Área Recreativa de Peña Cabrera, donde se tienen muy buenas vistas de Villaviciosa, y de Picos de Europa.

Ya abajo y casi llegando a Villaviciosa, me tiré por la comarcal VV-11, que resultó estar en mucho mejor estado que la de superior categoría AS-333 en la que desembocaba.

Llegado a Nava otra vez ya era tarde y volví a casa.

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