Salerno es una ciudad tipo Santander. Tiene un par de avenidas en la zona llana delante del mar, donde están todos los edificios oficiales, bancos y demás, y luego un poco más en cuesta lo que son las viviendas, a la italiana: edificios de 4-5 plantas de los años 40-60 con fachadas que se caen a cachos.
Entre todos esos edificios se encuentra encastrada la catedral. Por fuera es fea, pero es visitable porque tiene una cripta fantabulosamente decorada. Teníamos intención de ir pero con el retraso de la carretera amalfitana el horario se había echado a perder. Eran la 13.30h y teníamos que estar a las 7 en Bari, a 250km., y quería hacerlo por carretera la mayor parte, conociendo paisajes, no por autopista.
Entramos en un pub irlandés a refrescarnos, vimos la carta y allí mismo pedimos hamburguesas, ensaladas y esas cosas típicas de pubs. Yo pasé de tomar una caña siquiera porque me sienta fatal a medio día cuando hace calor, me deshidrata mucho y no sería la primera vez que me dieran mareos conduciendo por su culpa. Con muchas ganas me quedé de probar todos los grifos en el que debía de ser el mejor pub de cervezas de la zona (era irlandés, pero la mayoría de cervezas eran inglesas). King's Cross Salerno.




Una vez cogida la SS96bis la cosa ya fue rápida. Era como una nacional castellana con sus rectas, curvones amplios y altas velocidades si quisieras. A medida que te acercas a Altamurano la carretera se vuelve más grande, y finalmente hasta Bari estaban haciendo una autopista.
Yo veo esta ruta bastante recomendable desde Nápoles, así te evitas los peajes del recorrido del norte que marca google, y aunque sea más lento es más entretenido.
La zona no es de lo más turístico de Italia, aunque tiene algunos pueblos visitables si hubiéramos tenido un día más: Matera, Polignano a Mare, Alberobello y sus trulli... y sobre todo la pila de carreteritas retorcidas que se ven en googlemaps.
En Bari sólo paramos a echar 10€ de gasolina porque estaba en reserva. Imaginé que la gasolina en Montenegro estaría más barata que en Italia, no me parecía difícil, y por eso eché poco en Italia. Y en un supermercado a coger bebida y cena para tomar en el ferry que nos cruzaría el Adriático hasta Bar.
Allí nos encontramos este tío perfectamente aparcado. Se deduce que había alguien en doble fila que se largó antes que él. Italianadas.
Comentarios
Publicar un comentario
Escribe tu comentario