Norte de Portugal en 3 días. Día 2

El segundo día fue el día gordo, tanto motero como cultural. El destino era Braga haciendo parada en Guimaraes, en teoría 215km en unas 3h de viaje según googlemaps. Saliendo hacia las 10, en teoría tendríamos que estar a la hora de comer en Guimaraes. Para nada.





Saliendo de Braganza cogí la carretera para Torre de Dona Chama, evitando autopistas y cogiendo lo más retorcido, y que fuese a la vez carretera "general". Una puñetera pasada esa carretera. Por lo pronto ya subes y bajas un monte adelantando a algún camión maderero, pero sin coches para ser lunes, carretera entre bosque de pinos con buen asfalto y sin baches que invitaba a retorcer la oreja si no fuera por el equipaje... Después, un paso continuo de fincas de plantaciones de castaños y pueblos sin que molestasen el transcurrir de la ruta, a un ritmo continuo y sin stress.



 En Torre Dona Chama metí la pata con el gps, y en vez de seguir hacia Valpaços llegué a Mirandela. De repente me vi metido en una ciudad y no tenía ni idea de dónde estaba. Paramos a comprobar dónde estábamos y dónde deberíamos estar, y de paso vimos que no había nada que visitar allí. Así que una vez ubicados cogí el camino más corto para volver a la ruta: un trocín de autopista hasta Murça que no tenía peaje. Apenas haríamos 20km más.

La confusión trajo su lado bueno, que fue el puerto que hay entre Murça y Vila Pouca. La bajada pronunciada hasta Vila Pouca ya nos indicaba de dónde nos estábamos metiendo... en el valle donde se cosecha la uva para el vinho verde de Amarante, muy del estilo de la Ribeira Sacra orensana.



El calor apretaba y acumulabamos retraso pese a no haber perdido el tiempo, así no estaba la cosa como para parar a hacer fotos. Estábamos más bien buscando dónde comer y esquivando algún autobús turístico que recorría este valle. Finalmente encontramos un chigre de 7€ el menú, donde descansamos un rato antes de seguir a Guimaraes.

Lo primero que notas cuando te acercas a Guimaraes es la cantidad de casas que hay esparcidas por las colinas... Ya desde Fafe el tráfico es intenso y la densidad de población aumenta considerablemente en comparación con lo que habíamos recorrido.

Siguiendo al gps llegamos a la zona del castillo, y desde allí cuesta abajo nos movemos por el casco viejo, luego tocaría subir con ese calorón. El casco viejo de Guimarâes es patrimonio de la UNESCO, y hay que verlo. Guimaraes es la cuna de Portugal, porque aquí nació su primer rey, Alfonso Henríquez.

Lo bueno que por fin, después de muchos años, hacíamos el viaje en vaqueros (de kevlar), y pudimos soportar el calor y el pasear bastante bien.


Lo primero que encontramos fue el Palacio de los Duques de Brangança... que lo tenían edificado en Guimarâes, se ve que no eran muy braganzanos. Es una mole enorme y había que pagar para entrar, y no nos apeteció mucho porque queríamos hacer la visita un poco rápida ya que se nos hacía tarde.


Un poco más arriba el castillo, del cual lo que más me llamó la atención fueron las piedras enormes del medio del patio. Supongo que en la época estaría el terreno relleno de tierra, porque si no menudo estorbo.










Entre ambos edificios una iglesia.



Otra vez el palacio




Y ya bajamos directos a la ciudad. Llena de calles estrechas de piedra, iglesias, plazas...








La imagen más icónica de Guimarâes creo que sería la de la Iglesia de Ntra. Señora de los Santos Pasos, pero había muchos pasos hasta allí y nos conformamos con verla de lejos.

 Y ya vuelta para arriba a buscar la moto y seguir hacia Braga. No me importaría hacer otra parada en Guimaraes en otra ocasión, y recorrer mejor las callejuelas.



Llegar a Braga se hizo bastante pesado. Son sólo 25km pero como queríamos evitar los liosos peajes portugueses, el recorrido se hizo eterno... pueblos, tráfico, polígonos... No me equivocaría mucho si digo que tardamos una hora en llegar a la Plaza de la República.


Habíamos reservado un hotel de 4 estrellazas por un precio de risa en booking, en pleno casco viejo, al lado de la catedral (la Sé), y nos sentimos decepcionados: mira que hemos visitado hoteles y ese de 4* no tenía nada de nada... quizás en su época, en 1880. Albergaria da Sé, 45€ con desayuno, el hotel bien, correcto, pero es más un 2* que un 4*, lo mejor la ubicación.

Tras la duchita de rigor para refrescar nos dimos un buen paseo por todo el casco viejo con la ayuda del mapa que siempre cogemos en las oficinas de turismo.























Lo que vi de Braga me gustó. Vi una mezcla de arquitectura antigua, de diferentes épocas aunque con algo más de presencia las del s.XVIII y XIX, y a la vez un sentimiento de ciudad cosmopolita, con multitud de terrazas y de vida.

Cenamos de pm en un restaurante cercano que no salía en tripadvisor, al menos arriba del todo, tras ver que los 2 de tripadvisor famosillos más cercanos estaban petados de franceses. Buena atención y buena cocina a precio normal. Rest. Palatu (aunque ahora en 2015 en tripadvisor lo ponen bastante mal).

Después otro paseo nocturno por la zona de la catedral, a tomar unas cervecitas en los pubes de los pocos universitarios que quedan en la ciudad en agosto.



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