Split y Fortaleza de Klis


Entre Trogir y Split hay unos pueblecillos en la orilla que tienen su propia fortaleza. Paramos a ver el de Kastel Gomilica, justo cuando salían todos de misa. Flipamos con la pila de gente que va a misa en Croacia.

La fortaleza es muy pintoresca. Un castillín metido en una isla y rodeado por barcas atracadas.


Después nos acercamos a Solin, a ver las ruinas romanas de Salona, pero ya desde la entrada vimos que no había nada imprescindible y continuamos camino hasta la fortaleza de Klis.

La Tvrđava Klis la habíamos visto iluminada bajando desde la autopista hacia Split la noche anterior, pero no la habíamos asociado. Se trata del lugar donde recrearon Meereen en Juego de Tronos. Aunque parece estar muy alta es muy accesible, con aparcamiento muy cerca y poca cuesta (aunque algo tiene).

 
   
Vistas de Split

Entonces ya bajamos a Split, o mejor dicho, al Palacio de Diocleciano, que es de donde prácticamente no salimos. Tenía unas ganas tremendas de pasear por allí, desde que me enteré de su existencia hace muchos años.



Patear y patear fue lo que hicimos. Entramos también en la basílica y en los sótanos. Muy recomendables aunque tampoco sean nada del otro mundo. Pero ya estás allí y lo ves y te va a quedar para siempre.




A media tarde volvimos a Trogir. Para luego salir a visitarlo y cenar, como comenté en la entrada anterior.

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